sábado, 16 de febrero de 2013

La historia de Oscar Pictorius


Oscar nació sin piernas en Sudáfrica. Se las amputaron cuando aún tenía 11 meses. Sus padres, atribulados antes y después de la operación por los dolores del niño, lo hicieron aconsejados por los especialistas que no veían salida a aquellas extremidades que salieron del útero materno sin peronés ni tobillos.

Al principio, las cosas fueron bien. En sólo 6 meses el pequeño Oscar correteaba  de un lugar a otro con sus pequeñas prótesis. Luego, la cosa se complicó. Fue al colegio y los niños burlones se la tenían sentenciada al lisiado. Éstos se mofaban de él con mil burlas.

Pero para él eso no fue nunca un obstáculo. Gozó desde niño de un sexto sentido para el deporte. Y practicó un buen puñado de ellos: 1º rugby y waterpolo; más tarde, la natación y el atletismo.

“Yo no soy un inválido sino simplemente no tengo piernas…, además todo el mundo tiene una discapacidad…Las peores son las del espíritu, decía, con buen criterio, Oscar.

 
 En el atletismo le acompañaba una voluntad de acero, un buen espíritu competitivo y 2 prótesis que “engañaban a la naturaleza”. Pisando sobre ellas alcanzó la cima de la velocidad en los juegos paralímpicos de Atenas, en 2004, con un oro en los 200mts y un bronce en la carrera de los 100mts. No contento con ello, ha pulverizado desde entonces todos los records mundiales de 100, 200 y 400 mts; y ha llamado a la puerta de la Federación Internacional de Atletismo con la intención de ser el primer atleta sin piernas en competir con atletas de élite.
Una vez que el TAS (Tribunal de Arbitraje Deportivo) le abrió las puertas de la competición normal, Pistorius se ha convertido en un icono del deporte mundial. Su presencia en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 suscitó tanta atención como los grandes astros de la pista y su nombre circuló profusamente por las redes sociales.
En los Juegos Paralímpicos, que se celebraron en el mismo escenario londinense, la victoria de Pistorius en los 400 metros, después de haber perdido en 200 ante el brasileño Alan Oliveira y quedar fuera del podio en 100 metros, fue celebrada ruidosamente por los 80.000 espectadores que abarrotaban el estadio.
 Después de Londres 2012, Pistorius se había fijado como meta participar en los Juegos de Río de Janeiro 2016, cuando, con 29 años, espera alcanzar la cumbre de su carrera deportiva.
La madre de Oscar murió inesperadamente hace unos años. No pudo disfrutar del éxito de su hijo, sin embargo, cuando él tenía 1 año le escribió una carta, para cuando fuese mayor, que decía:
“Un perdedor no es quien llega el último sino aquél que se sienta y mira y nunca intenta correr”










“Querer es poder”. Si quieres ser feliz, lo serás. Es la voluntad que transporta las montañas, la fe en que algo se puede cumplir. El amor, la voluntad, el deseo, la pasión de cumplir los sueños son las alas del espíritu de las grandes hazañas.



Fuente: www.revistadini.com

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