¡Maldito Internet! ¡Maldito Internet! Vociferaba Graciela Sulco mientras
lloraba desconsolada tras enterarse de la terrible
decisión de suicidarse que tomó su sobrino, un escolar de 13 años que
acusaba una profunda depresión debido a que se mostraba como víctima de acoso
escolar o bullying. Según las noticias que circularon en los diferentes medios
de comunicación, el menor participaba activamente de grupos en Facebook que
alientan los sentimientos depresivos entre sus miembros, también conocidos como
Emos.
Pero condenar a Internet ¿es acaso una facilismo para justificar las desatenciones con los niños?
¿Quién es el responsable de supervisar el comportamiento de los niños y
adolescentes en casa?
A menudo escucho a los padres quejarse del comportamiento de sus hijos frente a Internet, videojuegos y dispositivos, pero cuando les pregunto si saben que juegan sus hijos, si han jugado con ellos algún día o si saben que hacen en Internet, la respuesta es la misma: “No sééé”. Y aflora el desconocimiento producto de la brecha generacional, pero sobre todo el desinterés.
A menudo escucho a los padres quejarse del comportamiento de sus hijos frente a Internet, videojuegos y dispositivos, pero cuando les pregunto si saben que juegan sus hijos, si han jugado con ellos algún día o si saben que hacen en Internet, la respuesta es la misma: “No sééé”. Y aflora el desconocimiento producto de la brecha generacional, pero sobre todo el desinterés.
Señores, traten de compartir con sus hijos e involucrarse con sus
actividades para saber qué hacen y conversar al respecto ¿No sabes nada de
Internet? Tranquilos, Internet no muerde. Casi todas las herramientas y juegos
fueron pensados para que las personas las manipulen de manera intuitiva, no
digo que debas ser un experto en los videojuegos o un excelente investigador de
Internet, eso no es necesario, pero creo que entender lo que sucede es
suficiente. Intenta con el Wii o Kinect y verás cómo además haces un poco de
ejercicio
Para los que ya pasamos las tres o cuatro décadas, podemos recordar que nuestro
padres, sabían o estaban pendientes de con quién salíamos, el nombre de
nuestros amigos del barrio, qué zonas eran peligrosas y nos aconsejaban por
donde caminar, también hasta la hora de salir ¿lo recuerdas? Ese barrio, esa
biblioteca y ese parque, ahora se llama Facebook, Internet y videojuegos,
aunque nos cueste comprenderlo. ¿Sería mejor que salgan a la calle a jugar?, la
respuesta es sí. Pero a qué hora y con quién, si la mayoría de los padres
estamos preocupados por conseguir dinero para comprar el último Smart TV de 60 pulgadas y que ni
siquiera utilizas con frecuencia. Y cuando llegas a casa lo único que quieres
es descansar y conminas a tus hijos a ampararse en la compañía de los
videojuegos. Ya pues señores, debemos ser más honestos y dejar de echarle
la culpa a la tecnología y no pensar que porque nos compraron el equipo de
policía cuando niños nos volvimos pistoleros a sueldo. O como leí en un post,
¿jugar Monopolio me va a volver millonario?
Siento mucho la partida del menor, pero definitivamente hay que tomar
conciencia de que los tiempos han cambiado y hay que adaptarnos.
Fuente:
César Mauricio en Papá digital